Las varices son venas hinchadas que pueden aparecer de color azul o morado y ocurren más comúnmente en las piernas, especialmente en los gemelos.
Nuestras arterias transportan sangre que ha sido oxigenada por los pulmones desde el corazón al resto del cuerpo. Ahí es cuando nuestras venas transportan sangre desoxigenada de vuelta al corazón. Debido a que las grandes venas tienen que lidiar con la gravedad, tienen válvulas unidireccionales que permiten que la sangre fluya hacia el corazón pero evitan un flujo hacia atrás. Si las paredes de las venas se estiran y ensanchan, las válvulas no funcionan correctamente y esto puede dar lugar a un flujo sanguíneo hacia atrás, provocando acumulación de sangre y abultamiento de las venas. De este modo se generan las varices.
Las varices son bastante comunes tanto en hombres como en mujeres, aunque las mujeres pueden ser más susceptibles a ellas. En su mayoría son inofensivas y generalmente no requieren tratamiento. Sin embargo, en casos graves pueden surgir complicaciones como dolor, sangrado, úlceras, inflamación o eccema. En esos casos, se requiere tratamiento y puede adoptar diferentes formas.
Los factores de riesgo para el desarrollo de varices pueden incluir el sobrepeso, permanecer de pie durante períodos prolongados, estar embarazada (debido al peso adicional). También puede haber una mayor incidencia de varices a medida que se envejece.
¿Se puede correr con varices?
Si no experimentas dolor ni molestias, puedes seguir corriendo aunque sería prudente que un médico las examine y te dé su diagnóstico.
Si tienes problemas, definitivamente deberías buscar asesoramiento médico. De lo contrario, hay maneras de ayudarte a ti mismo para no empeorar la condición:
Corre en superficies con más absorción de impacto, como césped, pistas de tierra o pistas de atletismo.
Asegúrate de que tus zapatillas para correr tengan amortiguación suficiente. En caso de duda, consulta con los especialistas de tu tienda más cercana. Podrán evaluar el nivel de amortiguación de tus zapatillas y determinar si cumple con tus necesidades o no.
Cuando no estés corriendo, evita estar de pie o sentado durante períodos prolongados y procura moverte cada 30 minutos para favorecer la circulación sanguínea.
Usa medias compresivas en las pantorrillas mientras corres y/o durante la recuperación para ayudar al flujo de sangre de vuelta al corazón. Muchas personas están familiarizadas con el uso de calcetines o medias de compresión en vuelos de larga distancia. El principio es comprimir las venas justo lo suficiente para favorecer el flujo sanguíneo de vuelta al corazón. Prueba con mallas o calcetines de compresión. Una variedad de tallas garantiza que puedas obtener el nivel adecuado de compresión para ti.
Considera tu estilo de carrera para ver si puedes correr de manera más ligera, con menos impacto. La asesoría en técnica de carrera puede ayudarte a correr de manera más eficiente y efectiva, además de disfrutar más del ejercicio.
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