La práctica de deporte, y más concretamente, correr durante el embarazo, cada vez más tiene mayores y mejores argumentos. Así pues, avalan su práctica los beneficios positivos para la madre y el bebé. Y no solo en el ámbito físico, sino también mental.
Todo ello, en su justa medida, sobra decirlo.
Algunos motivos que hacen aconsejable la práctica de deporte en el embarazo
-El escaso movimiento, y las posturas sostenidas o prolongadas en el tiempo, puede favorecer la retención de líquidos (esencialmente en las extremidades).
-La falta de ejercicio, puede causar diabetes gestacional.
-El deporte estimula el flujo sanguíneo y estabiliza la circulación
-El ejercicio regular tonifica los tejidos, y mantiene fuerte y activo el sistema muscular.
-El running contribuye a la sensación de felicidad. Y sí…también durante el embarazo.
¿Cómo seguir entrenando?
Ten en cuenta, que has de hacer una re-adaptación en lo que se refiere al calzado para correr.
Al igual que te sucede con la ropa, con tus zapatillas deberás hacer reajustes en la talla. También deberías buscar un modelo más amortiguado y estable (adaptadas a tu nueva fisonomía). Con ello reducirás estrés en todo tu aparato musculoesquelético, y lo más importante: sobre tu bebé.
Los expertos suelen aconsejar el aquajogging. Es decir, “correr” en el agua con la sujeción de un cinturón, pero no siempre es posible llevarlo a cabo, por localización y disponibilidad de este tipo de servicios en nuestra zona. Pero está claro que reduce la presión de las articulaciones y ligamentos, así como la de proporcionar un efecto tranquilizador para el feto.
Consejos para practicar deporte durante el embarazo
Antes de salir a correr, comer y beber lo necesario (es muy importante “para los dos”). Te ayudará a reponer los nutrientes después de la actividad. Ten en cuenta, que tu cuerpo está haciendo un sobreesfuerzo, al ya de por sí enorme que comporta el embarazo.
Especialmente en el segundo trimestre, deberías prestar más atención a la práctica del CA-CO (combinar el caminar, y correr), ya que reduce el estrés en todos los órganos internos, y por tanto, el impacto en el bebé.
El CA-CO, además, te ayudrá a regular la respiración y las pulsaciones. Por ejemplo, puedes correr 1 minuto, y andar el siguiente. Posteriormente, puedes ir aumentando el tiempo, por ejemplo, a 4 o 5 minutos.
Busca siempre superficies más amables sobre las que correr, evitando el hormigón, y a ser posible, hacerlo en senderos de tierra, como los parques.
A todo esto, intenta que el terreno sea lo más plano posible, pues según indican los expertos: “a causa del aumento del peso corporal y el volumen en la cavidad abdominal, cada paso que des (cuesta abajo, por ejemplo) tiene de forma natural, un efecto más intenso y empuja aún más la vejiga, que ya de por sí está expuesta a una alta presión”.
Define tu plan de entrenamiento
Si buscas adaptar tu entrenamiento al embarazo, debes cambiar el orden habitual de entreno, es decir, quedaría así:
-primero, bajar la intensidad
-segundo, reducir la distancia
-tercero, reducir la frecuencia
Ten en cuenta, que a partir del final del segundo semestre, las pausas para orinar pueden ser muy frecuentes. Lo que puede resultar en una gran incomodidad durante la salida. Quizá por eso, sea una buena opción considerar otro tipo de actividades, como los entrenamientos de fuerza, el yoga, o el senderismo. En definitiva, intenta realizar actividades de baja intensidad.
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