No es extraño que dentro de la “comunidad runner” el aparentemente sencillo hecho de comprar, o cambiar de zapatillas suscite tal variedad de sentimientos.
Desde la más agradable y motivante sensación de reencontrar las ganas para salir a trotar a golpe de billetera, a la más desapacible sensación de que entramos en una especie de caótico laberinto, con un sinfín de opciones y decenas de modelos entre los que es difícil tener ya no solo la certeza, sino la sensación de que no vamos a poder escoger, ante la dificultad que nos presenta tal decisión.
Ante todo calma. Hay que quitar de en medio el “ruido”, el exceso de sobre-información. Tómate las cosas con tranquilidad. No siempre atiborrarse de vídeos en YouTube es la mejor opción.
Por esa misma razón, no voy a calentarte la cabeza. En este artículo voy a tocar los puntos clave para que tengas claros algunos conceptos y directrices, de modo que cuando acudas a tu tienda, y con la ayuda que te ofrezca el dependiente (así debería ser), la decisión esté a tu alcance de forma simple.
Además, también él te pedirá ciertos datos, para poder aconsejarte correctamente.
Analiza tus necesidades
Así de claro. Primero has de tener en cuenta dónde vas a desarrollar tu actividad, si la llevarás a cabo en ciudad, sobre asfalto, en parques, o bien, más específicamente en salidas a la montaña.
Este detalle, es importantísimo, ya que diferenciando (grosso modo) entre montaña y asfalto, los modelos serán totalmente diferentes. Y es que no todo sirve para todo.
Sé honesto/a y realista. Analiza la frecuencia de uso. Es decir, si únicamente quieres salir a trotar para despejarte, sin más pretensión que mantenerte activo, no tiene sentido comprar un modelo de altísimas prestaciones.
Conoce tu pisada
Pues si…la temida pregunta del dependiente: ¿eres pronador, supinador, o neutro?.
Para conocer tu pisada, y que por tanto, el dependiente pueda ofrecerte los modelos más acordes a tus necesidades, lo ideal es que acudas a un podólogo. Es cierto que algunas tiendas especialistas disponen de los recursos para realizar in situ la prueba de pisada, pero no es lo habitual.
Como es un material ciertamente costoso, algunas marcas programan “tours” itinerantes en tiendas concertadas para realizar pruebas de pisada.
Normalmente este tipo de acciones se anuncian en las redes sociales de la propia marca, o de las tiendas especialistas. Reservar día y hora, me parece totalmente aconsejable.
En este tipo de acciones, los técnicos te facilitarán valiosos datos, más allá del tipo de pisada, como por ejemplo, que pie tienes más grande. Un dato ciertamente importante, porque es con ese pie, con el que has de medir las tolerancias en referencia a tu número, como te explico más abajo.
Por otro lado, hay sistemas caseros para conocer tu pisada, ya sea dejando tu huella húmeda en un papel, o grabarte con el móvil a cámara lenta para ver cómo y de qué forma impactas contra el suelo. Pero insisto, en que lo más eficaz, es visitar a un podólogo o especialista.
Qué drop elegir
Otra de las preguntas más temidas. Y aprovecho para recordarte que el drop es la diferencia que hay (expresada en milímetros) entre la altura en mitad de los metatarsos, y la altura en el centro del talón.
En este sentido, tengo que remitirme al párrafo anterior; visitando un especialista, tendrás la respuesta más adecuada y acorde a tu biomecánica.
Para que tengas alguna noción sobre de qué va esto del drop, te lo resumo en 3 apartados esenciales:
-Drop de 8 a 12mm: facilita que impactemos con el talón en el suelo (fase de recepción). Son las medidas más comunes entre los corredores que se inician.
-Drop 6mm: se conoce como drop medio. Una medida que si bien puede ir bien a gran parte de los corredores, ya empieza a requerir una técnica de carrera tirando a “decentilla”.
-Drop entre 6 y 0mm: es la medida para los corredores que buscan una posición más natural, lo más parecido a ir descalzo.
Amortiguación y flexibilidad
Dos conceptos que es interesante y conveniente que conozcas. La amortiguación, es la capacidad de absorber el impacto. Si quieres profundizar algo más, en este artículo tienes material de sobra.
En cuanto a la flexibilidad, es la capacidad que tiene la zapatilla para deformarse.
Estos dos conceptos, en caso de que decidas visitar a un podólogo, se tendrán muy en cuenta en función de tu forma de pisar, así como de tu peso, la distancia que pienses recorrer, la franja de intensidad, y horas de entrenamiento.
Escoger el número correcto (sin pasarte, ni quedarte corto)
Otra causa de intranquilidad entre los corredores que se inician: ¿sabré escoger mi número?, ¿me quedaré “corto”, o me habré pasado?.
De nuevo, el dependiente de la tienda debería orientarte en este sentido. Debería hacerlo en función de la información que le facilites, como tus tiempos estimados de entreno y si los realizarás en montaña o asfalto. Por ejemplo, en montaña, puede haber una diferencia de hasta medio número más (tampoco hay que pasarse).
Mi consejo (aplicándolo yo mismo, siempre me ha funcionado), es que con las zapatillas puestas y sentado en una banqueta (en la tienda), empujes el pie hacia delante, como si quisieras sacar el pie por delante de la zapatilla. Cuando hagas tope con tu dedo más largo, deberías poder introducir el dedo índice entre el hueco que queda entre tu pie y el contrafuerte trasero.
Es un método rudimentario, pero insisto en que a mi, siempre me ha funcionado.
El peso de la zapatilla, ¿debería condicionarte?
El peso de la zapatilla, ¿es realmente relevante?, ¿debería decidir tu compra? Está claro que a menor peso de la zapatilla, menos energía necesitaremos para avanzar, y menos inercias nos provocará.
Sin bien es cierto que es un aspecto importante en corredores que buscan las máximas prestaciones para arañar segundos al cronómetro, para el usuario más popular (que somos la mayoría), no debería ser un factor prioritario.
Actualmente hay zapatillas por debajo de los 300 gramos (en número 44 o 10 USA) con excelente amortiguación y estabilidad.
El precio justo
Eso sí que nos lleva de cabeza, el precio. Evidentemente, a la hora de entrar por la puerta de la tienda especialista ya tendrás un presupuesto establecido. Ponlo en conocimiento del dependiente, para que ajuste ese precio a los modelos que considere oportunos.
Déjate aconsejar, ya que podría ofrecerte algún modelo de la temporada anterior, a un precio similar al de un modelo actual de gama inferior.
En ocasiones queda algún número “suelto”, y si coincide con el tuyo, podrías llevarte a casa una muy buena compra a un precio más que razonable.
Con esto quiero decir, que no es absolutamente necesario ir a la última. Ten en cuenta este detalle; hay marcas en las que en ciertos modelos únicamente cambian aspectos relevantes cada 2 años. Por lo tanto, de una temporada a otra, es posible que únicamente presenten un cambio de tejido (upper), algo actualizado.
Y ahora ya sabes; acude a tu tienda especialista más cercana, y cuéntale al dependiente qué piensas hacer con tus nuevas zapatillas.
