Brooks no podía darnos mayor alegría que dotar a la nueva Ghost 16 del mismo compuesto de amortiguación con el se agasaja a la Glycerin 21 y de la que te hablé aquí.
Y es que desde la Ghost 15 hacia atrás, siempre tuve el siguiente dilema: me gusta el peso de la Ghost, pero prefiero la amortiguación de la Glycerin, aunque evidentemente, los 30€ menos que cuesta la Ghost, es una variable relevante en la decisión de compra.
La cuestión, es que hace unos meses, Brooks acudió al rescate con la Ghost Max. Una zapatilla que ocupaba un espacio desolado para el que veía insuficiente la amortiguación de la Ghost tradicional y el excesivo precio de la Glycerin. La Ghost Max subía de perfil para ofrecer una experiencia más agradable, a la vez que bajaba drásticamente el drop a 6mm.(la mitad que la Ghost 15 o 16), cosa que agradece el corredor que no tiende a talonar. En cuanto al precio (con 160€) se posicionaba en un término medio y mantenía un peso razonable, de nuevo entre la Ghost de toda la vida y la Glycerin. A priori todo apuntaba hacia una jugada maestra de Brooks, y es cierto que es un modelo que me gustó, como te conté aquí.
Así pues, en este punto, la disyuntiva es la siguiente; si me gusta el tacto de amortiguación de la Glycerin, pero no quiero pagar los 180€ que cuesta, ni quiero el perfil voluminoso de la Ghost Max (y tampoco su drop de 6mm.), porque sencillamente, la caída de 12mm. (diferencia de altura entre el talón y los metatarsos) característica de la Ghost ya me está bien, y sus 150€ me parecen razonables….¿qué hago?
Brooks ‘al rescate’
Pues sí, al fin la Ghost 16 viene con la mediasuela (amortiguación) de la Glycerin 21. Ciertamente, y como es habitual, con menos altura de perfil y manteniendo su esencia (el drop 12 en lugar de los 10mm. de la Glycerin).
Y lo mejor de todo, este cambio o mejor dicho, mejora, no trae asociada una subida de precio, por lo que la marca americana posiciona esta Ghost 16 en un precio a día de hoy de 150€, una cifra francamente competitiva, viendo la subida de precios actual.
Con esto, ahora sí, la suavidad con la que soñábamos aterriza ‘hacia abajo’ para llegar a esta Ghost 16. Y es que implementar las tecnologías abanderadas de cada marca, utilizadas en las gamas más altas para posteriormente irlas incorporando en modelos inferiores en la jerarquía u organigrama es una tendencia que estamos viendo en las últimas fechas. Lo ha hecho Saucony al introducir la espuma de la Triumph 21, en la Ride 17, o Asics con el FF Blast + en diversos modelos, incluso de trail running.
Por tanto, me parece una maniobra inteligente de Brooks, ya que para todos aquellos usuarios que tradicionalmente encontraban la Ghost algo justa de amortiguación y buscaban una experiencia de carrera más suave, con la Ghost 16 verán satisfechas sus preferencias.
El compuesto utilizado en la amortiguación es el DNA Loft V3 y su nitrógeno infusionado, como bien se encarga Brooks de publicitar a bombo y platillo. Pasar del Loft V2 de la anterior generación, al V3 de la actual Ghost 16, permite que ésta sea más utilizable en largas distancias, incluso para maratón, para aquellos usuarios que superen las 3h en la distancia reina. Sin duda, la mejora es perceptible desde el primer momento, especialmente si vienes de versiones anteriores. Si con la Ghost 15 y anteriores no me apetecía demasiado alargar mis salidas, con la 16 me permito alguna licencia.
Uno de los puntos que más valoro, es que en salidas largas se agradece ese cambio de amortiguación, especialmente al finalizar la salida ya que me noto menos ‘castigado’ con esta Ghost 16, que con cualquiera de las versiones anteriores, pero entiendo que es un modelo que logrará ocupar esa posición en el mercado, para corredores que no quieren una zapatilla con la hundirse en cada zancada, y que valoran una cierta percepción de lo que sucede bajo sus pies.
Además, si de la Ghost 15 hacia atrás era totalmente recomendable que el usuario no sobrepasase los 75-80kgs., con esta nueva versión, el margen aumenta sustancialmente, situando el ‘corte’ de peso un puntito más elevado.
Suela continuista en diseño, pero más eficaz
El patrón de la suela, podríamos decir (y simplificándolo mucho) que replica la versión anterior. Al darle la vuelta a la zapatilla, encontramos 5 piezas de caucho de un grosor que alcanza hasta 3mm. con idéntica distribución; una zona delantera muy cubierta con innumerables surcos para ofrecer (y lograr) flexibilidad longitudinal y además mucha superficie de contacto, lo que redunda en mayor grado de tracción, teniendo -también- su merecido protagonismo en lo que se refiere a precisión y estabilidad.
En la zona media tenemos caucho en la zona interna del arco plantar, de nuevo, con mucha base. Sin embargo, la zona externa que prescinde de caucho, queda algo ‘hundida’ siendo la propia espuma lo que queda a la vista. Es cierto que se ahorra algún gramillo ahí, pero sinceramente, tampoco lo veo necesario. En este concepto de zapatilla con el que vamos a acumular un alto volumen de kilometraje, no tiene sentido dejar esa zona al descubierto, cuando la repercusión al cubrirla de caucho sería casi insignificante bajo el dictamen de la báscula. Repito; para lo que es el concepto de zapatilla rodadora y de entrenamiento.
Y por último, en la zona trasera, vemos la habitual pieza en forma de herradura. La pieza de mayor longitud y que puedes ver en color naranja en la foto superior se sitúa en la zona externa (impacto inicial), y otra más reducida que acaba de dar cobertura a toda la zona de calcáneo.
Esta zona trasera en naranja, tiene un biselado marcado, cuyo objetivo es ofrecer una recepción suave, ya que en definitiva, este modelo va a ser utilizado por un usuario que mayormente, tiende a entrar de talón o mediopié en algún caso. Y hablando de recepción, el surco en la espuma de la mediasuela (en la zona externa) que nace alineado con esas piezas traseras en forma de herradura, y que se prolonga hasta casi llegar a los metatarsos, favorece la compresión de la amortiguación. De ahí, que el factor geometría (bisel trasero de la amortiguación, sumado al caucho de suela en zona trasera) y el diseño de esa mediasuela logren redondear la sensación de ‘pisar suave’, a pesar de que la Ghost 16 no tiene unos perfiles enormes, sino más bien convencionales, como suele ser habitual en la franquicia Ghost.
Si bien el patrón/distribución de la suela podría considerarse prácticamente idéntico al de la anterior versión, no sucede así con el grabado, ya que ahora ofrece mayor rugosidad, lo cual agradezco en seco, sobre las superficies más diversas. En este punto, el cambio al actual caucho RoadTack propio de la marca ha sido positivo, ya que la mejora es apreciable desde la primera zancada. Sobre pavimento y superficies brillantes (simplemente bajando las escaleras de tu edificio) es notable.
Upper y estética general
El tejido no ha experimentado un enorme cambio técnico, pero sí ofrece mejor paso del aire en la caja de dedos. Pese a mantener el tamaño de los logos laterales, la Ghost 16 prescinde de otros elementos termoencolados como los flancos laterales, o el acabado de la cordonera (me gustaba más el de la Ghost 15 que el de esta 16), aunque paradójicamente, ahora la pieza externa del contrafuerte trasero, es realmente aparatosa, lo cual ha servido de soporte para que adquiera la característica de reflectante y así adevertir de nuestra presencia al resto de usuarios de la vía pública.
Por cierto, para ver el número modelo o edición (16 en este caso), hemos de ir a la lengüeta, pues no hay ninguna inscripción en los laterales que lo desvele.
En lo que se refiere a los acolchados, la anterior Ghost 15 ofrecía un mullido mayor en el collar y lengüeta. Aun así, la sujeción y comodidad en la zona trasera es excelente. No hay oscilaciones ni movimientos, por lo que he descartado desde el primer momento utilizar el ojal adicional.
El collar ahora dibuja una forma más pronunciada bajo los maleolos, para dar más espacio y evitar así, posibles roces, aunque la Ghost 15 no me dio ningún problema en este sentido. Lo importante, y que no se ha perdido pese a esas modificaciones, es que tenemos esa sensación tan familiar de “estar” en una Ghost.
Y si hablamos de lengüeta, me parece incomprensible que un modelo de 150€ no incorpore los tirantes laterales que impidan su movimiento. Y ojo, en realidad no se mueve, no existe desplazamiento, ya que los cordones, en el tercer cruce, discurren a través un pasador. Pero más allá de ese pragmatismo, la unión de la lengüeta a los laterales es un elemento que en sí mismo se constituye como diferenciador de calidad. Cuando nos movemos en ciertos precios, hay cosas que se convierten en innegociables y esta, es una de ellas. En este punto, no podemos escurrir el bulto so pretexto de ligereza y transpirabilidad, pues hay soluciones para mantener bajo unas cifras dignas y un alto rendimiento cualquiera de esas 2 características.
Más cosas sobre la lengüeta; me hubiese gustado encontrar una silueta más amable con la base del tibial, que ‘dibujase’ el contorno en esa zona, en lugar de presentar un saliente que me parece poco oportuno. En realidad, sigue la línea de la anterior Ghost 15, Glycerin 21 y Ghost Max. Por tanto, no me sorprende que continúe así. Ten en cuenta que en ningún momento llega a molestar, simplemente (y doy por reconocido que esto es puramente personal), prefiero una lengüeta que sea más permisiva con la forma natural en esa zona con tanto movimiento u oscilación en el acto de correr. Mayor integración, y minimización de roces.
Así mismo, el patrón que adquiere esa lengüeta, facilita unas arrugas en el interior (forro que tenemos e contacto con la piel) que no llegan a molestar gracias a la suavidad del tejido, pero que al meter el pie, colocar la lengüeta en su sitio y a atarnos la zapatilla, hace que ese trámite no sea 100% agradable. Una mayor atención a la ergonomía, haría que la experiencia fuese completa.
La plantilla interior como cabía esperar, no llega al nivel de la Ortholite de 5mm. y 22 gramos de la Glycerin 21. La de la Ghost 16 cumple, aunque justita. La competencia (en estos precios) equipa sus modelos con plantillas de la prestigiosa marca. Cuestión de detalles, y este, no es baladí.
En el plano estético, la zapatilla tiene un aspecto más actual y moderno, hace que la Ghost pierda parte del aburrimiento estético que arrastraba, todo ello sin volverse locos, claro.
El lateral externo da mayor protagonismo a la mediasuela, que se monta de forma irregular sobre el tejido (o el tejido encaja mejor en ella, según se mire), por lo que bajo los meleolos la pared sube, y en los metatarsos, justo donde es necesaria cierta tolerancia por parte de la amortiguación, dibuja un leve valle para concentrar el punto de flexión, liberando parcialmente al tejido, que ya sabemos que en ciertos modelos llega a sufrir hasta el punto de romperse a base de horas y horas de un movimiento tan mecánico como es la flexión.
Resumen
No todo el mundo prefiere zapatillas super esponjosas, ni de altos perfiles. Tampoco el drop bajo o medio satisface a la totalidad de la comunidad de corredores y aficionados a las zancadas, sea ocasionales, o habituales. El corredor o corredora que busque una zapatilla estructurada, fiable para carreras ‘a su aire’ de 40 minutos, o para participar en una maratón por encima de las 3 horas, será el público objetivo de esta Brooks Ghost 16.
Esta zapatilla es apta para intercambiar la plantilla original por la personalizadas de podólogo, y también recomendables para andar y uso diario, gracias al sencillo ajuste y la amplitud delantera.
En cuanto a los que tienden a exprimirse un poco más, y mantienen su rutina diaria de entrenamiento, esta Ghost 16 puede ser una buena opción para rotar con modelos más ‘chisposos’ para el día de la carrera, en caso de perseguir una marca en concreto, y realizar con ella, un volumen más que respetable de kilómetros, gracias a una durabilidad que todo indica que va a ser elevada.
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