¿Cómo vestirse ‘por capas’ en otoño?

Dejamos atrás los meses más calurosos y recibimos de buen grado al otoño. En este punto es esencial adaptar la vestimenta deportiva y vestirse por capas para mantener la comodidad durante las salidas al aire libre.
A continuación, te ofrecemos unas pautas o breve guía para que sepas cómo elegir y utilizar las capas adecuadas para que puedas llevar a cabo tus actividades habituales durante dicha estación.
Y es que en otoño, por ejemplo, las condiciones climáticas pueden cambiar de forma súbita, y la clave para prepararte para estos cambios es entender cómo cada capa contribuye a tu confort.
Este sistema, te permitirá añadir o quitar capas, según el clima. Estas capas deben facilitar el ajuste según la temperatura y el nivel de la actividad que estemos llevando a cabo. Esto permitirá que puedas adaptarte a las fluctuaciones térmicas que se produzcan durante el día.

La primera capa

La capa base que tenemos más pegada a la piel, es fundamental para mantener tu comodidad. Su misión es regular la temperatura y gestionar la humedad que has generado con tu sudor. Para actividades de senderismo en climas frescos, una camiseta de merino puede ser una buena opción. Si las condiciones son -todavía- más frías, opta por una capa base de peso intermedio que te proporcione mayor sensación de confort.



Resumen: esta primera capa mantiene el confort en el contacto con la piel.

Camiseta ajustada como primera capa. Foto: ODLO

Capa intermedia

La capa intermedia ofrece aislamiento adicional y puede variar tanto en diseño como el material en el que se haya fabricado. En este punto, puedes escoger entre chaquetas con media cremallera o chaquetas de corte ‘tradiciona’ (con cremallera completa). Con estos 2 tipos de patrón, deberás decidir si prefieres materiales sintéticos o naturales.



Si la temperatura sube paulatinamente, podrás quitarte esta capa fácilmente. Las chaquetas de forro polar reciclado o las de materiales térmicos son 2 buenas opciones.

Resumen: la segunda o capa intermedia, aísla y nos ayuda a regular la temperatura.

Segunda capa a modo de chaqueta con media cremallera. Foto: ODLO

Tercera capa (o capa exterior)

La capa exterior es la que realmente ejerce de protección contra las condiciones más desapacibles. Esta capa debe ser ligera, preferiblemente compacta (para llevar en la mochila) y proteger contra la lluvia, el viento y el frío, al mismo tiempo que permite que el calor y la humedad escapen. De lo contrario, llegaría a saturar, lo que trae consigo sudor acumulado en el interior.

Las chaquetas y chalecos ligeros son ideales para excursiones diurnas, ya que por ejemplo, protegen el pecho, una zona sensible en situaciones con viento, mientras que una chaqueta impermeable es esencial si existe amenaza de lluvia.

Resumen: la tercera capa o capa exterior, es la que nos aísla y nos protege.

Tercera capa, como chaleco o chaqueta con membrana. Foto: ODLO

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