La atleta de trail Azara García, tras conocerse la polémica de una mujer trans que ganó como hombre, aseguró en una entrevista en Cuatro que «estamos hablando de deporte. Guste o no guste, las mujeres y los hombres somos diferentes. No podemos competir en igualdad de condiciones con los hombres«, afirmó. En la entrevista, la atleta destacó que «es increíble que se permita así a la ligera que un hombre diga que se sienta mujer y se pueda cambiar de categoría femenina con las consecuencias que tiene para nosotras«. La atleta cántabra segura que la solución a esta polémica pasa por «hacer una categoría especial para estas personas o van a tener que seguir compitiendo en su categoría que, les guste o no les guste, es la masculina«.
En la reciente edición de la carrera popular NaDalt, un corredor de 48 años sorprendió al llegar en la posición 55ª a la meta en una cronoescalada de casi 4 km y 620 metros de desnivel al santuario de Bellmunt de Sant Pere de Torelló (Osona). Aunque su posición fue discreta entre los hombres, generó un fuerte debate al reclamar la victoria femenina al aventajar en más de un minuto a la primera corredora, ganadora de las dos ediciones anteriores.
Este corredor, que siempre había competido como hombre y estaba federado en esa categoría, decidió inscribirse en esta ocasión añadiendo el sufijo (-a) a su nombre. De esta forma tenía la posibilidad de reclamar la victoria en la categoría femenina. Durante la entrega de premios, se produjo una «desagradable discusión», según informa La Vanguardia. El corredor y su entorno exigieron de manera agresiva el premio como ganadora de la categoría femenina, algo que generó tensiones entre los corredores y la propia organización.
A pesar de la controversia, la organización de la carrera de NaDalt decidió otorgarle el primer puesto provisional en la general femenina (con premio de un jamón), pero no subió al podio de su categoría. Esta es una práctica habitual en la que los tres primeros/as no suben al podio de su categoría de edad.
La verdadera ganadora de la categoría femenina, una joven de 22 años, subió al podio como vencedora de su categoría. Sin embargo, perdió la oportunidad de ser la ganadora de la clasificación absoluta. La situación generó un conflicto entre las normas de la Federació Catalana de Muntanya (FEEC), que se rige por el DNI para determinar la categoría de participación, y la futura Ley ‘Trans’ del Govern de la Generalitat, que propone que uno/a compita según «se sienta», independientemente de su DNI. Los organizadores, tras contactar con la federación, descubrieron que aún no tenían el redactado final de la normativa, quedando en una situación indefensa ante el conflicto normativo..
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