
Correr parece tan simple como poner un pie delante del otro. Pero detrás de cada zancada hay una biomecánica compleja que, si no se cuida, puede pasarte factura. Tan solo hay que parar se a ver cómo corremos. cada uno con su estilo. Y algunos muy particulares Una técnica de carrera deficiente no solo te hace menos eficiente, sino que puede derivar en molestias, lesiones y estancamiento en el rendimiento.
Aquí repasamos los errores más comunes de técnica de carrera y cómo corregirlos para correr mejor, más rápido y con menos riesgo.
Aterrizar con el talón por delante del cuerpo
El error: Este es uno de los fallos más habituales, sobre todo en corredores principiantes. Se conoce como “overstriding”, y ocurre cuando el pie aterriza muy por delante del centro de gravedad, con el talón como primer punto de contacto.
Consecuencias: Mayor impacto articular, pérdida de eficiencia y riesgo de lesiones en rodilla, cadera y tibia.
La solución:
- Trabaja una cadencia más alta (entre 170 y 180 pasos por minuto es una buena referencia).
- Haz ejercicios de técnica como skipping o carrera con apoyo medio-pie.
- Concéntrate en que el pie caiga debajo del cuerpo, no delante.
Postura encorvada o excesivamente rígida
El error: Algunos corredores tienden a correr con tronco hacia atrás o encorvados hacia delante, especialmente cuando se fatigan. Otros exageran y corren totalmente rígidos, sin naturalidad.
Consecuencias: Mala alineación, respiración limitada y sobrecarga muscular.
La solución:
- Corre con una ligera inclinación del tronco hacia delante, desde los tobillos, no desde la cintura.
- Mantén la mirada al frente, no al suelo.
- Añade ejercicios de fortalecimiento del core para mantener la estabilidad y la postura.
Zancada demasiado larga o descontrolada
El error: Querer correr más rápido alargando la zancada es un clásico error. Esto suele ir acompañado de un golpe de talón fuerte y una pérdida de reactividad.
Consecuencias: Derroche de energía, impacto excesivo y sensación de correr “pesado”.
La solución:
- Mejora la frecuencia de zancada y trabaja la propulsión desde el glúteo y el gemelo.
- Incorpora técnica de carrera y ejercicios de pliometría para ganar reactividad.
- Haz series cortas en cuesta para fomentar una zancada más activa y eficiente.
Excesivo braceo
El error: Brazos que cruzan delante del pecho, movimientos exagerados o demasiado rígidos. El braceo es clave para el equilibrio y la eficiencia.
Consecuencias: Desequilibrio, torsión del tronco y pérdida de energía.
La solución:
- Lleva los codos a unos 90°, cerca del cuerpo, y deja que se muevan hacia atrás y adelante, sin cruzar la línea media.
- Relaja los hombros y las manos, como si sujetaras una patata caliente.
- Trabaja el braceo conscientemente en rodajes suaves o técnica de carrera.
Falta de coordinación y técnica
El error: Correr sin prestar atención a cómo se mueve tu cuerpo. Muchos corredores nunca trabajan la técnica y se acostumbran a correr “como sale”.
Consecuencias: Movimiento poco eficiente, rigidez muscular y limitación del rendimiento.
La solución:
- Dedica 1-2 días por semana a ejercicios de técnica de carrera: skipping, talones al glúteo, carrera lateral, zancadas, etc.
- Incorpora sesiones de educativos y multisaltos.
- Haz drills de técnica como parte del calentamiento antes de series o tiradas largas.
Para concluir, correr bien no significa correr más rápido, sino hacerlo de forma eficiente, fluida y con menos riesgo de lesión. La buena noticia es que la técnica se entrena. No se trata de correr “bonito”, sino de correr mejor.
Empieza por identificar tus errores, introduce pequeños cambios conscientes en tu forma de correr y dedica tiempo semanal a mejorar tu técnica. Tu cuerpo (y tus marcas) te lo agradecerán.