Existen diferentes formas de plantear una carrera y todas van en función de tu estado de forma y de cómo hayan ido los entrenamientos y los ritmos las semanas previas a la carrera. Estas son algunas de las estrategias de carrera que más te pueden ayudar.
Split positivo o negativo
El Positive Slit: Esta es una de las estrategias de carrera adoptada por la mayoría de los corredores. Es la más habitual. Implica comenzar la carrera con un buen ritmo por kilómetro, más alta que tu velocidad promedio sobre la distancia total. Seas consciente o no, el ritmo de carrera está destinado a disminuir a medida que los kilómetros pasan y tus niveles de energía van ‘cayendo’. Es algo completamente normal. Una división positiva se debe en su mayoría al ambiente. No es lo mismo correr solo, que en una carrera donde hay cientos de corredores y diferentes factores que nos motivan a correr más rápido. La desventaja de este enfoque es el golpe a tu moral que puede ocurrir cuando, durante los últimos kilómetros, te adelantan competidores que no parecen estar esforzándose demasiado.
El Negative Split: implica aumentar tu velocidad hacia la mitad de la carrera. Esta estrategia es obviamente una elección más consciente por parte de quienes la adoptan. No es necesariamente más efectiva que la división positiva, pero es más satisfactoria cuando adelantas a muchos competidores a medida que pasan los minutos. Adoptar esta estrategia de carrera nos aporta un plus de motivación. Para ello, debes tener muy claro los ritmos a los que has entrenado y tu objetivo final para poder dosificar y dar ese plus de ritmo en la parte final de la carrera.
Elegir una liebre
Una liebre es la persona que decides seguir durante la mayoría de la carrera y llevar un ritmo constante durante todo el recorrido en función de un objetivo. Esto te permite abordar los últimos kilómetros en la mejor forma posible, adelantarlos y darlo todo solo cuando realmente importa.
Cada vez son más las carreras que cuentan con diferentes liebres para abordar diferentes objetivos. Por ejemplo, sub45min en un 10K, sub3h en un maratón… Suelen ser corredores experimentados que podrán llevar un ritmo constante acorde al objetivo que marque su globo o bandera. Una forma fácil de asegurarte tu objetivo y evitar cambios de ritmo que puedan lastrar en los kilómetros finales.
Escenario prudente
Adoptar una estrategia de carrera prudente es lo más efectivo cuando nos enfrentamos por primera vez a una distancia que no hemos corrido antes. El desconocimiento nos lleva a ‘levantar’ el pie para poder así disfrutar de un debut.
Esta estrategia no es menos satisfactoria que las anteriores y es perfectamente combinable con ellas. Será muy importante conocer bien los ritmos a los que se ha entrenado y marcarse un objetivo realista para poder definir el ritmo de carrera y no excedernos en los pasos por los diferentes kilómetros.
Un recurso que suele funcionar muy bien en estos casos es el definir previamente tres posibles escenarios de marca: realista (la que has entrenado), la ideal (un poco más rápida) y la válida (una marca algo más lenta, pero igualmente satisfactoria).
En cualquiera de las 3 estrategias de carrera es muy importante tener en cuenta que el objetivo de una carrera, siendo corredores amateurs, el objetivo es disfrutar y tener tolerancia al fracaso ya que no siempre una carrera sale perfecta aunque la hayamos entrenado durante meses y hayamos cuidado la alimentación, el descanso, etc.
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