Salomon Speedcross 6. Historia de un icono

Salomon Speedcross 6. Historia de un icono

La Salomon Speedcross llega a la adolescencia, aunque ya no es como antes, ahora la edad del pavo se ha adelantado. No hay de qué preocuparse.

Como decía, la Speedcross llega a su 6ª generación, 16 años después de su lanzamiento.

A pesar de que junto con la XA PRO, ha sido un puntal en las ventas de la marca de Annecy, no ha experimentado cambios anuales, a los que estamos acostumbrados en la mayoría de marcas, especialmente en asfalto.

La Speedcross ha ido cambiando de forma muy puntual y espaciada en el tiempo, cosa entendible por otro lado, si tenemos en cuenta que cada versión ha sido creada por un diseñador diferente. 

Ahora, con la nueva versión, la marca ha intentado volver a los orígenes. 

Era necesario volver a aquella esencia, aquel código fuente original. ¿Lo habrá conseguido?

La Speedcross siempre ha ofrecido un punto diferencial, era una zapatilla cruda, transgresora, que se encarga de demostrar por sí misma que no está hecha para otra cosa que no sea para estar al aire libre.

Historia de la Speedcross

Salomon Speedcross 6. Historia de un icono

Speedcross 1 (2006)

Al diseñador Reglan Brewer le quedaba 1 año de contrato en Salomon, por lo que debía “apretar” y sacar algo de la chistera que dejase su impronta en la marca.

Reglan vió como sus compañeros de trabajo competían en carreras de montaña con bastante verticalidad y en terreno ciertamente técnico.

Le sorprendió el trazado y los fuertes desniveles que podían llegar a tener esas carreras, por lo que tuvo una visión. 

Había que idear un producto ligero, con peso mosca (como él mismo llegó a decir) para moverse de forma ágil y con rapidez por la montaña.

Reglan se inspiró en los neumáticos de motocross, para dotar a su zapatilla con una suela de tacos,  con la que independientemente de la inclinación del terreno, pudiese “morder el suelo”.

Desde el primer momento llamó al proyecto Speedcross, aquí no hubo demasiadas discusiones.

Es cierto que debido a las restricciones presupuestarias, la cosa no estaba para dispendios, de modo que se utilizaron piezas de existentes, de  aquí y allá, para montar una especie de “collage”. Un engendro, vaya.

Las prestaciones que ofrecía el modelo, especialmente en terrenos embarrados, empezaron a generar entusiasmo. Había nacido un concepto, que perdurará con el paso de los años.

Eso si, eliminar el chasis para contener el presupuesto, no resultó ser una buena idea. La zapatilla era inestable. Este error lo llegaron a arrastrar incluso en la segunda versión de 2007.

Salomon Speedcross 6. Historia de un icono

Speedcross 2 (2007)

Salomon como marca,  iba ganando terreno y reconocimiento dentro de las carreras por montaña. Nos encontramos a finales de la primera década del 2000. 

Según Sven Morris, diseñador de la segunda versión, “fue la semilla para conquistar el mercado de las carreras de montaña”.

La segunda Speedcross tenía que encontrar la forma de consolidar el ADN del modelo.

También era necesario mantener la esencia que ya se percibía con la primera versión, y además hacerla todavía más accesible y reconocible.

Para ello, pensaron en qué era lo que hacía particular un calzado Salomon y como se podía plasmar en sus productos, de manera  que fuese su sello, su identidad.

La respuesta llegó de forma breve y rotunda: el zig-zag en la cubierta (SensiFit) y el PowerBand que envolvía el talón. 

Si una Salomon no llevaba esos elementos “entonces no es una zapatilla Salomon”, concluía Sven Morris.

El resultado fue una zapatilla todavía más agresiva, robusta, y con su marcada identidad, que acompañaría los diseños venideros.

Speedcross 3 (2011)

La misión de llevar al plano real la tercera Speedcross, recayó en Warren Bosomworth, que entregó el primer proto en 2010.

Aquí ya se vieron cambios realmente significativos, tanto en el plano técnico como estético. 

Por ejemplo, el talón era más ancho, y acompañado -por fin- de un chasis, la zapatilla se mostraba algo más estable.

El característico zig-zag de la cubierta pasó de ser cosido, a estar encolado, lo que la dotaba de una apreciable puesta al día, sin perder por ello su ADN original.

Los atletas de Salomon valoraron positivamente esta versión, pues llevaban tiempo compitiendo con los anteriores modelos. 

Para muchos de ellos, la Speedcross se convirtió en “SU” zapatilla. En funcionamiento empezaba a ser bueno, y la estética con combinaciones cromáticas casi imposibles enamoraba al público.

A pesar de todo, en Salomon reconocían que no era un producto fácil de vender, pues tenía cierto aire crudo y de clandestinidad, y el hecho de que ofreciese protección, adherencia y ligereza, no era suficiente.

Pero ojo, que en 2015 Salomon ya había vendido 20 millones de pares de esta popular saga.

Speedcross 4 (2016)

Para Christophe Borlet, diseñador de esta cuarta generación, era necesario “comprender el código fuente” de la zapatilla. 

A pesar de que reconoció que su versión no era la que sería recordada a posteriori, defiende que era necesaria, a pesar de que existía cierto temor a romper el icono en el que se había convertido la Speedcross 3, para muchos, la mejor versión.

Y es que trabajar en algo que ya gozaba de tanta popularidad, causaba vértigo, pero era necesario ponerse manos a la obra, y pulir ciertos matices, aspectos que ensombrecían la tercera Speedcross, como era la falta de fiabilidad del collar (acolchados), y los tacos (eran muy blandos y de deformaban con facilidad a causa de las inercias).

También se redujo la dimensión de la lengüeta para hacerla más accesible, cosa de lo que tiempo después se arrepentirían.

Si bien los miedos y temores estaban siempre presentes, comercialmente esta cuarta versión funcionó mejor que la anterior. En ese sentido, podían respirar tranquilos, aunque no por ello, afloró un ligero regusto amargo, y es que perdió en parte, lo que hizo famosa a esa saga: la agresividad, y su silueta con esa enorme lengüeta.

Había que recoger velas, y volver a los orígenes.

Speedcross 5 (2019)

Había llegado un momento, en el que plantearse qué hacer. Tenían que retroceder, modificar, renovar, o mantener.

La solución pasaba por una frase que pronunció uno de los diseñadores de calzado de Salomon: “necesitamos que Speedcross sea más Speedcross”.

No había lugar a dudas. Tenían que encontrar y por tanto, inevitablemente volver al ADN original de las zapatillas para mantenerse fieles a lo que las convirtió en un producto icónico.

Es decir; “el código fuente es el origen fundamental de la zapatilla, la esencia. Su definición es única. Puede evolucionar a partir de ahí, pero la esencia nunca cambiará”.

Blanco y en botella.

La Speedcross 5 ofrecía buen ajuste que en términos de comodidad, podían ser suficientes, pero la gama cromática, algo aburrida y monótona, nada tenía que ver con las versiones anteriores, más alegres y transgresoras.

Y es que cuando más convencional intentas hacer una Speedcross, menos atractivas se vuelven.

Como reconocieron en Salomon, “es [un producto] crudo, no está diseñado para atraer a nadie de fuera del mundillo del trailrunning”.

Speedcross 6 (2022)

Y llegamos a la actualidad, sexta versión de una Speedcross que en mi opinión, mejora (con mucho) su anodina predecesora.

Este nuevo modelo si me recuerda al modelo que vio la luz hace 16 años. Puesta al día, actualizada, sin duda, pero con el “código fuente” como premisa, de forma inamovible.

La suela, si bien más moderna y en parte, poseedora de la identidad visual de las suelas Salomon, efectivamente presume de la crudeza basta que nos retrotrae a la suela de motocross del primer modelo concebido por Reglan Brewer.

Esencia, siempre la esencia, no perdamos eso de vista. Y digo esto, por las afirmaciones de la propia marca, pues Guillaume Salmon (diseñador de la Speedcross 6), “quería conservar la sensación moderna (aquí frunzo el ceño), por lo que el diseño de la zapatilla funciona tan bien en negro como n colores más llamativos”.

No es la afirmación que más me gusta. De hecho, es la que no hubiese querido leer.

Speedcross, es lo que es. Colores alegres, combinaciones que en cualquier otra marca o modelo resultaría hortera, pero que en Speedcross, se le permite. Y se le permite todo.

Si de volver al código fuente se trata, ¿qué tal rediseñar aquella cordonera con pasadores intercalados? ¿O la costura desplazada en la puntera?

En mi opinión, un homenaje en toda regla a la auténtica Speedcross, pero puesta al día con los materiales y técnicas de construcción más actuales.

En cualquier caso, y a la espera de no asistir a ningún destrozo venidero, larga vida a la Speedcross.

Más información en salomon.es

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