La Brooks Cascadia 18 recibe una nueva amortiguación a su altura

En una de las recientes presentaciones de producto en la que estuvimos presentes varios medios y especialistas del sector, y con la soltura que da la mesa de un restaurante, con buen comer, y -para algunos- buen beber, y cómo no, en una conversación con zapatillas de por medio, con el resto de colegas de la industria ‘runeril’, se me ocurrió decir que la Brooks Cascadia 17 padecía de un agotamiento prematuro, ya que tras 5 o 6 horas de uso en montaña, se ‘apagaba’, como si llevase insertado una especie de interruptor de on/off, como cualquier cacharro electrónico.

Ni que decir tiene, que ese comentario causó risas, cuando no estupor. Y es que para algunos (esencialmente los más asfalteros), los de las 5 o 6 horas corriendo en el monte, es una utopía que no encaja ni de lejos en sus rutinas. Para otros, fue causa de befa, por el propio ejemplo en sí mismo.

Tras ese día y en las presentaciones en las que coincidimos prácticamente siempre los mismos especialistas del sector, tarde o temprano sale a la palestra mi comentario, acompañado de la guasa y risas correspondientes. 
Así las cosas, rápidamente entendí, que en adelante, así sería, y en cada presentación que encartase, siempre habría alguien que se encargaría de recordar la controvertida frase.

Echando la vista atrás

Lo que quiero ilustrar con ese ejemplo, es que ahora que ya disfrutamos de la Brooks Cascadia 18, me resulta fácil recordar los sentimientos encontrados que suscitó la anterior versión.

Y no la culpo. O no la culpo del todo, porque si hacemos un poquitín de memoria y nos vamos un poco más hacia atrás, recordaremos que la Cascadia 16 fue un producto realmente bueno. No me tiembla la voz al decirlo, ni los dedos al escribirlo; en mi opinión, la 16 ha sido la mejor Cascadia.

¿Qué sucede? Que mejorar aquel modelo, no era especialmente simple. Tampoco era una labor imposible, cierto.
Por tanto, si la Cascadia 17 no subía la percepción de valor, podríamos decir que tampoco iba a pasar nada, precisamente por eso, porque el punto de anclaje que existía con la Cascadia 16, hacía involuntariamente que irremediablemente, las expectativas se rebajasen. 
Y eso fue exactamente lo que sucedió; vino la Cascadia 17, empeoró en cuanto a peso, no mejoró en transpirabilidad, y por supuesto, tampoco lo hizo en amortiguación. De ahí el comentario en ciernes del inicio de este artículo.

Conclusiones ‘a toro pasado’ y algún que otro vaticinio…

A partir de ahí, fui bastante crítico con esa Cascadia 17. La anterior 16 me dejó  muy buenos recuerdos…sábados en el monte haciendo salidas de casi 100 kilómetros. Fueron largas jornadas, en las que aprecié la mejor Cascadia de la historia. Nos entendimos desde el principio.

Claro, cuando llegó la 17 entendí que el listón estaba realmente alto. Bien es cierto, que el giro de la Cascadia 17 hacia una mayor tecnicidad, para dejar de lado ese arraigado carácter algo burgués y facilongo, le sentó bien a una suela bien trabajada. Pero la firmeza de su amortiguación, no invitaba a replicar los recorridos y actividades que semanas atrás había hecho con su predecesora.

Llegados a ese punto, siempre dije que había que ‘volver’ a retomar el confort y la dulzura de antaño. En ese sentido, me mostré en ocasiones realmente beligerante.

Con el paso del tiempo, quería (auto)convencerme de que la Cascadia 18 corregiría eso, a pesar de que  tenía claro, que esta versión tendría un planteamiento totalmente continuista, como efectivamente así fue, del mismo modelo que vaticino una futura Cascadia 19 totalmente diferente. A mejor o a peor, pero muy diferente.

Primero, lo primero…

Sé que no es la forma ordenada de empezar a destripar una zapatilla, pero quiero hablarte en primer lugar de la mediasuela, porque creo, que es lo más relevante de esta zapatilla. Es lo que marca definitivamente a esta Brooks Cascadia 18.
También lo que dictaminará el resultado en caso de encontrarte ante la disyuntiva de comprar la anterior 17 que has encontrado con un buen descuento, o pagar esos euros de más por esta nueva Cascadia 18.

Si en el modelo anterior, y con mi peso (62-63kgs.) como he comentado, noté una excesiva dureza para tratarse de una zapatilla de larga distancia (aunque la marca la cataloga sencillamente como ‘Mountain Trail’), hasta el punto que opté por utilizar la Brooks Catamount 3 (y que analicé aquí) cuando las salidas se prolongaban varias horas, al fin, esta Cascadia 18 subsana esa -en mi opinión- carencia.

Brooks Cascadia 18
Brooks Cascadia 18. Lateral de la nueva Cascadia que mantiene el drop de 8mm.

No dispongo de las cifras oficiales de dureza de la mediasuela (ni tampoco del despiece para medirlo yo mismo), pero apuesto a que se ha bajado como mínimo 5 grados Hc. Y es que simplemente al tacto, presionando con el dedo en el lateral de la zapatilla (especialmente en la zona de talón) se nota esa menor dureza.

Es decir, si ponemos esta Cascadia 18 junto a su predecesora, en lo visual no existe ninguna diferencia. Son idénticas. La frase ‘las apariencias engañan’ pocas veces ha tenido tan poderoso sentido.

A pesar de que la plantilla interior extraíble (17 gramos) no ha variado y que por tanto, solo puedo corroborar que toda la responsabilidad recae sobre la propia espuma DNA Loft V2, nada más calzarla y ponernos en pie, se percibe esa menor firmeza, especialmente en el talón. En primer lugar porque es donde mayor volumen hay, lógicamente.
Segundo, porque las propias líneas de flexión en la zona trasera, facilitan (aunque no del todo) la compresión.

Brooks Cascadia 18
Brooks Cascadia 18. Detalle del TrailAdapt y las finas líneas de compresión horizontales

En ese tercio trasero, justo bajo el calcáneo, contamos con unas finísimas líneas horizontales. Por tanto, su rango de acción es bastante limitado.
Las ondas decorativas en forma de V apuntando hacia el talón, no ponen demasiado de su parte, por lo que al final, concluyo que el volumen por altura en el talón, es el mayor argumento de esa compresión/suavidad, versus la zona de metatarsos, donde la altura es menor (te recuerdo que esta zapatilla tiene un drop de 8 milímetros), y además desaparecen esas discretas líneas horizontales. Ahí la mejora no es tan perceptible, que lo es, ojo.

En cualquier caso, espero que una futura Cascadia 19 implemente el DNA Loft V3 que ya disfrutamos en la Caldera 7 (y que analicé aquí). Creo que es el paso natural que Brooks debería dar. O por lo menos, me gustaría que diese, que tampoco tengo yo que decirles qué es lo que tienen que hacer…

No quiero dejar pasar por alto hablar de la placa insertada TrailAdapt. Se trata de una placa semi-rígida que va anclada bajo los maleolos. De hecho, es visible de forma discreta a ambos lados de la zapatilla. A partir de ahí, ambos brazos (izquierdo y derecho) buscan un punto de encuentro, justo en el arco plantar, para tomar forma de tridente o tenedor de 3 puntas, que se prolonga hasta el extremo delantero de la zapatilla. 

Aquí puedes ver la placa TrailAdapt de la Brooks Cascadia 17, que es idéntica en la actual Cascadia 18

Al ser 3 brazos longitudinales independientes, dan la movilidad necesaria para que la Cascadia 18 disfrute de una aceptable adaptabilidad, ya que su perfil en ese tercio delantero, no es excesivo. Sin embargo, la menor torsión en la zona trasera tiene su necesario protagonismo; nos da control sin descompensar la zapatilla. 

Es decir, en el tercio trasero siento como controlo la pisada y en la mitad media/delantera, se percibe una mayor docilidad y adaptabilidad. Es una combinación que me gusta.
Para corredores con tobillos laxos les va a funcionar bien, y además, de forma paralela proporciona protección frente a todo lo que vamos pisando, ya que la articulación que tiene, se logra por la segmentación de cada sector, sin dejar grandes espacios libres. Opino que es una placa muy bien desarrollada y ejecutada.

La suela mantiene el mismo patrón y compuesto

La suela de la Brooks Cascadia 18 se mantiene intacta respecto a su predecesora. Consta de los mismos 5 paneles (aunque ‘virtualmente’ sería 6, ya que el delantera únicamente está unido en el extremo delantero), que cubren toda la superficie, excepto por las líneas intermedias de flexión que proporcionan adaptabilidad, una de las inquietudes de la marca en el momento en que se desarrolló la zapatilla. Es decir, cuando una suela es totalmente contínua (en una sola pieza, como sucede con la Brooks Catamount 3), la rigidez es mayor, por lo que limita la torsión, sea voluntaria (el corredor decida una trazada o apoyo) o involuntaria (elemento orográfico sobrevenido).

Este tipo de suelas desacopladas me crea una especie de amor/odio. Y es que en zonas poco agrestes, tiene una vejez longeva, pero en zonas escarpadas con lascas cortantes, las zonas en las que la espuma de la mediasuela queda al descubierto, la zapatilla sufre lo indecible. No es raro ver mediasuelas con cortes profundos, que en definitiva, ponen en jaque su durabilidad.

Brooks Cascadia 18
Brooks Cascadia 18. Suela TrailTrack Green segmentada en 5 piezas

Esta suela se compone de 52 tacos de entre 4 y 4’5mm. (según zona) con aristas muy marcadas y en 2 niveles de altura cada uno.
Los 24 que ocupan la parte delantera, con forma de espiga están posicionados para favorecer la tracción. Los 12 que encontramos en los 2 paneles centrales en el arco plantar, toman un posicionamiento nada ambiguo: proporcionar retención en bajadas, y ofrecer apoyo, ya que presentan una superficie generosa, comparándolos con el resto.
Finalmente, los 16 tacos traseros, toman una posición invertida respecto a la zona delantera, para retener de la mejor manera. Para ello, se ha reducido su tamaño, de forma que puedan tener una mejor penetración en el terreno, en caso de estar algo descompuesto.

Por el diseño y estructura de toda esta suela, con un perímetro bien estructurado, disponemos de buen apoyo y sensación de estabilidad. No hay sensación de ‘vacío o punto muerto’ en ninguna zona, ya que la cobertura es buena, aspecto que valoraremos positivamente en suelos duros y compactos.
La adaptabilidad de los paneles independientes, hará el resto cuando la cosa se complique en zonas técnicas, donde la zapatilla, funciona realmente bien.

El compuesto TrailTack Green va a tener buen rendimiento siempre que la superficie (roca) esté seca. Si la cosa se presenta húmeda o mojada, desde luego no va a ser el mejor caucho de su segmento. Tampoco el peor, cierto es.

Brooks Cascadia 18. Detalle de la suela TrailTack Green y las afiladas aristas en 2 niveles

Cubierta más transpirable

Ése sería el titular si tuviese que resumir el upper o cubierta. La Cascadia presenta un tejido menos rugoso, rústico y también más suave. La transpirabilidad ha mejorado sensiblemente.

En cuanto a las protecciones, continúan teniendo presencia, pero la disposición es muy diferente. Las protecciones termoencoladas son algo más blanditas y maleables, lo que por tanto, hace que la zapatilla también sea algo más flexible. Y no solo por el grosor en sí, sino porque la protección que se prolongaba desde la puntera hasta la zona media (bajo el emblema de Brooks), se ha simplificado y facilita que la arruga del tejido, tenga su espacio. Porque es así, el tejido ha de tener su espacio.
Otra cosa es cómo decidas conducirlo para que tenga una deformación o pliegue programado, de modo una vez se sabe dónde va a flexar, se pueda reforzar esa zona.

Brooks Cascadia 18. Detalle del tejido en la caja de dedos, y las protecciones termoencoladas

La cordonera tiene una ligera modificación. Y es que ahora el ojal que queda justo en el centro, pasa a incorporar un pasador. Justo en esa zona, encontramos la goma elástica que se encarga de rodear el cordón sobrante del nudo, para que no vaya de lado a lado, evitando el riesgo de enganchones en ramas bajas.

La lengüeta es unos imperceptibles milimetros más larga. El forro el collar se suaviza aunque el grosor del acolchado se mantiene, del mismo modo que el tirador trasero para que calzar la zapatilla sea una maniobra sencilla y rápida.

Brooks Cascadia 18. Detalle de la cordonera, con el nuevo pasador en el ojal central


También se mantiene el velcro para anclar la polaina, algo que me parece del todo prescindible, ya que -por ponerte un ejemplo- de las 2 polainas que tengo para trailrunning, ninguna tiene velcro para ser ancladas en esa zona trasera. Por tanto, ese velcro me parece poco estético, absurdo en lo funcional y un gasto inútil en producción, por coste y tiempo en la cadena de procesos.

Resumen

En conclusión, la Brooks Cascadia 18 mejora el área que más necesitaba, y mantiene aquello que no era susceptible de crítica. O por lo menos, no tanto como la dureza de la amortiguación de su predecesora. Es una zapatilla a la que el corredor/a ligero/a va a poder sacarle más y mejor partido, ya que ahora sí, las salidas más allá de las controvertidas 5 o 6 horas, van a tener buena cobertura, tanto en terrenos fáciles y duros, como en zonas más complicadas, donde la Brooks Cascadia 18 no se abandona.
En caso de actividades de mayor duración como ultratrail o recorridos realmente largos, dentro del catálogo de Brooks me decantaría por la Caldera 7.
Y si lo tuyo son los ritmos algo más altos, y un ligero ligero con algo de buena técnica te acompaña, consideraría además de esta Cascadia 18, la Catamount 3.

¿Utilizas plantillas personalizadas de podólogo? No deberías tener problema para insertar la tuya.

Y por último, ante la pregunta: «¿qué hago si vee una Cascadia 17 de oferta a muy buen precio?, ¿mejor esa oferta, o pagar esos euros de más y comprar la nueva 18?»
Mi respuesta es clara; prefiero pagar la diferencia en pos de la mayor comodidad que ofrece la nueva versión. Solo por eso, ya valdría la pena el gasto adicional.

Datos esenciales:

Peso oficial en hombre: 320gr.
Peso oficial en mujer: 286gr.
Peso en número 44 o 10USA: 333gr. en pie izquierdo, y 327 en pie derecho
Drop: 8mm.
Anchura máxima en zona de metatarsos: 112’5mm.
Anchura mínima en zona de arco: 76mm.
Anchura máxima en zona talonar: 96mm.
Precio oficial: 150€

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