La Brooks Ghost Max 2 es ahora más amortiguada y está mejor ventilada, aunque gana algo de peso. El concepto maximalista en la Ghost avanza con paso firme. Tanto es así, que Brooks ha ‘apostado’ por la Ghost Max 2, dándole una mediasuela cualitativamente superior respecto a su predecesora.
Y es que dotar a la Ghost Max 2, con el compuesto estrella de la marca en lo que a zapatillas de entreno se refiere, no es poca cosa. Es un bautismo con pompa y boato en toda regla.
Eso sí, con el permiso del recién llegado DNA Tuned. Pero tampoco nos dejemos seducir por las últimas siglas de la recién llegada a Brooks, ya que el DNA Loft v3 ofrece unas cotas de comodidad realmente altas. Muy altas. Y la verdad, con pocas carencias.
No en vano, es la espuma que vemos en la Ghost 16, la Glycerin 21 (abanderada del confort y del lujo dentro del catálogo y que analicé aquí) y la Caldera 7, el modelo de ultradistancia para montaña.
Es cierto que la primera Ghost ‘gorda’ iba bien servida en lo que se refiere a amortiguación. En su momento solo pude que darle el reconocimiento oportuno, al ser un modelo muy pertinente para el usuario al que la (en su momento) Ghost 15 se le quedaba corta en amortiguación (también posiblemente algo excesiva en su drop 12mm.) y la Glycerin se le ‘escapaba’ en cuanto a precio.
Pues bien, ahí es donde la Ghost Max, entraba en acción; un precio a medio camino entre ambas, una amortiguación más que suficiente, y un drop más acorde con la tendencia a la baja.
Planteamiento
La Ghost Max 2 ofrece una geometría que lejos de ser radical, resulta lo suficientemente dinámica en el ciclo de la pisada, con un efecto balancín apreciable, como para que las tiradas largas se sucedan sin excesiva dificultad y con sensación de confort de principio a fin.
Y es que un modelo con una amortiguación abundante, con mucha zona de rozamiento y poca curvatura, causaría excesiva pereza en la zapatilla.
Afortunadamente, esto se queda en mera suposición ya que como digo, la geometría está acorde con el planteamiento del modelo.
Un planteamiento que no es otro que acumular kilómetros en salidas a ritmos muy controlados. No tanto como con la Glycerin 21, eso sí, pero tranquilos al fin y al cabo.
Misma esencia
No cabe duda de que la esencia es la misma. En este sentido y como era previsible, la propuesta se mantiene y lo que ha hecho Brooks es mejorar la parte estética de la Ghost Max 2, haciéndola más visual, como preludio a los cambios (mejoras, en cualquier caso) que vemos en esta segunda generación de Ghost Max.
Upper muy ‘al estilo Brooks’
La cubierta de esta Ghost Max 2, sigue siendo ‘muy Brooks’. En este sentido la identidad visual es inequívoca, ya que nos traslada en el espacio y tiempo hasta conducirnos a modelos como la Glycerin 20.
Esta Ghost Max 2 me parece más ventilada que su predecesora, gracias a una malla con multitud de aberturas en los laterales en la zona del primer y segundo cruce de los cordones.
La cordonera sigue contando con 6 ojales más el adicional y gana en consistencia. Estos ojales, en lugar de estar agrupados en pletinas como en el anterior modelo, que se unían de 2 en 2, ahora la pieza encolada que refuerza toda la zona de empeine y ejerce de nexo de unión, permanece integrada en la cubierta a la altura de los 4 primeros ojales, pues los 2 superiores sí que incorporan una pieza de goma encolada con 3 agujeros.
En general, toda esta zona, juntamente con los logos laterales con importante presencia estética y estructural (a izquierda y derecha) dan el soporte justo a esta zapatilla.
Acolchados más gruesos
En lo que se refiere a los acolchados, ganan grosor, tanto en la lengüeta como en el collar, y no era precisamente la primera versión un modelo que andase justo en este sentido.
Creo que no era necesario este incremento en las espumas, cuando el confort ya era realmente bueno y además, puede llegar a ser contraproducente si hablamos de sujeción.
De hecho, la lengüeta en la primera Ghost Max, en los meses centrales del año, en localizaciones calurosas podía resultar ciertamente agobiante. Puede que en zonas geográficas más amables, sin el calor peninsular, incluso lleguen a agradecerlo, pero en nuestro caso, me reafirmo en que no me parece necesario.
Por cierto, la lengüeta sigue sin ir unida a los laterales, pero al tener una presilla central por donde el cordón entre el cuarto y quinto ojal se cruza, se evita el desplazamiento lateral.
En la parte trasera encontramos un contrafuerte de notable entidad, que además externamente, gana altura (la pieza plástica decorativa) llegando a unirse casi con el acolchado trasero bajo el Aquiles. Aquí también vemos un incremento de refuerzo respecto a la versión anterior, que ya de por sí, era contundente.
Segunda versión con más ‘alma’
Que la Ghost Max 2 se presente con la espuma DNA Loft v3, me parece un acierto. De hecho, era la evolución natural, viendo cómo la marca está escalando tanto en vertical (de gamas superiores a inferiores), como en horizontal (a modelos de montaña o trail running) la implementación de esta espuma en su tercera versión.
El comportamiento ahora es más suave, sin duda. Y no solo por el compuesto en sí mismo, sino por el diseño, que pasa de ser un bloque más o menos regular (como veíamos en la anterior versión), a tener una ranura a media altura que prácticamente recorre toda la zapatilla, y que facilita la compresión de la mediasuela, tanto al impactar de talón, como si se produce en la zona media e incluso, delantera.
Esta ranura, tiene una anchura de 9mm. y una profundidad de 3mm. Es decir, unas medidas realmente importantes. Con lo que era evidente, que no se trata de una argucia del diseño si hablamos en términos estéticos.
Si el peso del corredor es bajo o medio, esa ranura no va a propiciar ningún tipo de descontrol en la pisada. De hecho, no he notado descompensación o peligroso flaneo en apoyos incluso buscando comprometerlo.
Entiendo que pensando en el corredor más corpulento, esa línea de compresión no es uniforme (o recta) sino que presenta ondulaciones, que van a ayudar sin duda, a sostener esa compresión y en caso de que llegue a colapsar, resulte en una medida de contención.
Es decir, que al llegar a ese tope, las ondulaciones ‘coincidan’ llegando a encajar, y no pase de ahí, que no es poca cosa, ojo…
Pero insisto que en pesos ligeros no existe problema y viendo su capacidad, dudo que con un registro de peso más elevado (medio) muestre algún tipo de carencia.
Suela: segmentada pero segura
En la suela vemos que el patrón se repite a base de piezas de caucho desacopladas. En este caso, 3 en lugar de 4 de la versión anterior. Aunque en sí, el diseño tiene mucho que ver, ya que en el talón tenemos una pieza en la parte trasera a izquierda y a derecha, dejando a la vista un surco más profundo que en la anterior versión, que toma una dirección central, hasta la zona de arco, para posteriormente desplazarse hasta el exterior de la suela.
Esto hace que la zona delantera, bien cubierta de caucho, quede ligeramente separada. Eso sí, con multitud de líneas de flexión, para que ese bloque que conforma la mediasuela no sea inamovible.
Este surco longitudinal, es más profundo que en la versión anterior, lo que además, facilita que la compresión se localice en 2 piezas separadas, por lo que da la sensación de ganar algún milímetro extra de amortiguación.
Hay otra teoría que podría darse, y es la de ganar superficie al impactar (que al aterrizar, esa zona trasera llegue a ‘abrirse’ o expandirse), pero viendo la forma extremadamente cóncava de ese surco y la estructura redondeada de la mediasuela, no creo que pueda llegar a percibirse esa supuesta virtud. No lo veo.
En general, la zona de contacto en esta Ghost Max 2, es mayor. El taco es más amplio y se agrupa para ofrecer mayor superficie, incluso en la zona de puntera externa que es donde menos me esperaría esa mayor amplitud. Si fuese en la zona delantera-interna (salida en la última fase de la zancada/impulso) si que me ‘encajaría’ ese diseño, pero desde luego, no en la zona externa.
Sea como fuere, en cuanto a la suela, nada que criticar, a no ser que nos toque movernos en asfalto rugoso y húmedo, donde hay que estar atentos a los giros y apoyos.
Conclusión
La Brooks Ghost Max 2 tiene un comportamiento poco o nada temperamental, pero sí muy noble. Es una zapatilla muy agradecida en todos los sentidos, tanto si pisas de ante o mediopié, como si lo haces de talón.
De hecho, la geometría sin ser agresiva en sus curvaturas ofrece una buena dinámica, pero como digo, sabiendo entender o leer entre líneas a esta zapatilla para larga distancia, en esos rodajes a ritmos cómodos.
El pie tiene espacio suficiente en la zona delantera, a no ser que tengas una amplitud considerable. Nos encaja muy buen en la zona de calcáneo gracias a una plantilla que nos acuna en toda la zona trasera.
Una opción muy interesante para salidas o entrenos de volumen, así como para participar en maratón por encima de las 3h.15m.
Es apta para plantilleros, y recomendable para el usuario/a que busque estabilidad y sujeción confortable, teniendo claro sus objetivos poco ambiciosos en cuanto a ritmos.
Datos esenciales
Peso: 319gr. pie izquierdo y 322 el derecho en número 44
Pesos oficiales: 305gr. modelo de hombre y 269 modelo de mujer
Drop 6mm.
Precio oficial: 160€
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