Brooks Cascadia 18 – Preview.
No tocaba en esta versión número 18 meterse en ciertos jardines, si hablamos expresamente en el plano evolutivo de este clásico de Brooks. La anterior Cascadia 17 sin duda dio un giro hacia una vertiente más técnica, ofreciendo un tacto de amortiguación más firme, mayor protección estructural y penalizando en su paso sobre la báscula. El giro hacia una mayor tecnicidad dejó huérfanos a quienes nos las veíamos felices con la atípicamente confortable y mullida Cascadia 16, e hizo sonreir a quienes querían una Cascadia más ‘canalla’, con más garra y carácter. Imposible contentar a todo el mundo.
Con la Cascadia 18, seguimos viendo más de lo mismo. De hecho, incluso la protección se ve aumentada en algunos puntos de la cubierta (upper), si bien es cierto, que la 17, no me dio en absoluto ningún problema de fiabilidad. Aguantó desafiante en salidas largas, trazados agrestes, y miró con desprecio al desgaste, sabiéndose vencedora. A César lo de César.
En los diversos componentes de la cubierta vemos estos matices; una cordonera mixta con ojales y pasadores (algo más ‘compleja’ que la versión anterior), y un tejido base con aspecto de resolver mejor las altas temperaturas y la salida del agua en caso de mojarse. Estos puntos habrá que comprobarlos una vez en marcha. La esencia en lo que se refiere a estructura, no varía.
La amortiguación y el ‘kid’ de la cuestión
Como decía anteriormente, la Cascadia 16 resultó ser mullida sin ser excesiva, pero con un tacto y recorrido de amortiguación muy agradable en salidas largas. La 17, mucho más firme (en busca de esa mayor tecnicidad y control que comentaba), me dejó un sabor agridulce, y no me quedaba otra que rezar para que en la lozanía de su 18 cumpleaños, esta Cascadia regale una sonrisa en forma de mayor suavidad. Es sin duda, una cuestión que me causaba desosiego, y así se lo hice saber a los responsables de la marca, los cuales, me aseguraron que esta Cascadia 18, resultaría ‘más agradable’. Solo queda ver, si ese mismo compuesto DNA Loft V2 reformulado y combinado con la placa estabilizadora Trail Adapt (una especie de tenedor de 3 puntas insertado entre las 2 capas de la amortiguación) es capaz de darme una alegría, ya que la Cascadia 17, se me hacía dura cuando la salida sobrepasaba las 5-6 horas.
Suela en compuesto propio
Otro tema que pregunté en su momento, era en referencia a la suela. Hay marcas que han dado ‘en el clavo’ desarrollando un compuesto propio con un rendimiento espectacular, como Asics y su AsicsGrip. Pero son más los que deciden acudir a terceros, e ir a tiro fijo. Mizuno acabó dando su brazo a torcer y pasó de Michelin a Vibram. Raidlight hizo lo propio, y gran parte de marcas del sector del trail, concluyen que equipar sus modelos con Vibram, es la forma de poner una zanahoria atada de un palo frente al usuario, para llevarse la venta. En este caso, por el momento, Brooks mantiene su TrailTack Green (mínimo con el 25% de material reciclado), con el mismo diseño de suela segmentada en 5 porciones que la anterior Cascadia, y los mismos tacos angulosos y agresivos de 4mm. de prominencia que gestionan muy bien las superficies duras y resbaladizas, como las moderadamente blandas y descompuestas.
El precio de esta Cascadia 18 es de 150€ (mantiene el mismo precio), y 170€ para la versión con membrana en Gore-Tex.
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