Probamos la segunda versión de las innovadoras Brooks Glycerin Max 2, una zapatilla de entrenamiento diario de máxima amortiguación y tecnología. Es un modelo diseñado principalmente para corredores neutros de peso medio‑alto que quieren acumular kilómetros con la máxima protección y comodidad. Mantienen la esencia de la primera versión, pero afinan el conjunto para ofrecer una experiencia más fluida, estable y agradable en cada zancada.
Las Brooks Glycerin Max 2 llegan como la evolución natural de las maximalistas de la marca americana. La primera entrega sorprendió por combinar una amortiguación enorme con una agilidad inesperada, y ahora Brooks retoca estos detalles para que la carrera sea más suave, cómoda y versátil.
Nada más ponértelas se aprecia que se conserva esa amortiguación descomunal, pero con un comportamiento más redondo: la pisada es más continua, el ajuste más agradable y la sensación general más relajada. Son zapatillas pensadas para rodajes largos y tranquilos, donde la prioridad es el confort y la protección, no el crono.
Algunas características técnicas
El peso se sitúa en torno a 320 g en hombre y 289 g en mujer. El perfil alcanza 45 mm en talón y 39 mm en antepié, dejando un drop de 6 mm muy equilibrado para quien busca apoyo generoso pero sensación natural.
Están dirigidas a corredores neutros de peso medio‑alto que valoran una zapatilla muy protegida para rodajes largos, caminatas prolongadas y entrenamientos regenerativos. La mediasuela DNA Loft v3 Tuned, con nitrógeno en la espuma, ofrece una amortiguación muy blanda y estable, ayudada por un esculpido vertical que suaviza la transición. La suela, con caucho de alta resistencia sobre una base ancha, aporta estabilidad y agarre, mientras que el upper de malla jacquard de nueva generación mejora la ventilación y el tacto.
Los ritmos aconsejados son tranquilos, por encima de 4:30–5:00 min/km, y el precio oficial se sitúa en 200 €.
Upper, mediasuela y suela
El upper da un salto claro respecto a la primera versión. La malla jacquard ahora es más suave y más aireada, lo que reduce la sensación de calor y mejora el confort en tiradas largas. El ajuste recuerda a las Glycerin clásicas: el mediopié queda bien sujeto, mientras que en el antepié hay espacio suficiente para que los dedos trabajen con naturalidad.
El collar y el talón pierden rigidez y resultan menos agresivos, algo que se agradece cuando se acumulan muchos minutos seguidos. El conjunto transmite una impresión de “ajuste premium”: buena sujeción, buena transpiración y una sensación de espacio controlado, sin que el pie se mueva dentro de la zapatilla.
La mediasuela es el corazón del modelo. Se mantiene la espuma DNA Loft v3 Tuned, con doble densidad y nitrógeno infusionado, que proporciona una amortiguación muy blanda y protectora sin llegar a hundir el pie. La gran novedad es el esculpido vertical, que hace que las transiciones sean más suaves y naturales, enlazando el apoyo y el despegue con menos esfuerzo.
El drop de 6 mm, unido al enorme grosor de la mediasuela, invita a ritmos tranquilos, por encima de 5’/km, donde la zapatilla muestra su mejor cara. La estabilidad se ha mejorado respecto a la primera versión, aunque en giros rápidos y bruscos todavía puede notarse un punto de inestabilidad, lógico en una zapatilla tan alta. La geometría GlideRoll Rocker ayuda a “guiar” la pisada en la fase de flexión, haciendo que el movimiento sea más fluido y amable con las articulaciones.
La suela utiliza caucho de alta resistencia con compuesto RoadTack Rubber, pensado para soportar muchos kilómetros sin degradarse rápido. La base es ancha y muy estable, lo que da seguridad especialmente a corredores de más peso.
El patrón se ha rediseñado para mejorar tanto la durabilidad como el agarre, manteniendo buena tracción y una sensación de pisada firme. En conjunto, la suela acompaña muy bien al carácter maximalista de la zapatilla: protege, estabiliza y da confianza en cada apoyo.
Conclusión review Brooks Glycerin Max 2
Las Brooks Glycerin Max 2 no buscan reinventar el modelo, sino perfeccionarlo. Son una zapatilla continuista pero mejor acabada, más cómoda, más fresca y con una pisada más fluida. Para quien quiera una compañera de rodajes largos, regenerativos o caminatas, con la amortiguación y el confort como prioridad, es una opción muy sólida.
Se defienden mejor de lo que parece a simple vista cuando se aumenta el ritmo, moviéndose con soltura en ritmos que superan los 4’30/km sin exigir un esfuerzo excesivo para levantarlas del suelo. Frente a otras maximalistas, ofrecen una sensación de pisada más reactiva, con menos “hundimiento” y un ligero rebote que hace la carrera más entretenida. En resumen, si la primera Glycerin Max ya gustó, esta segunda versión resultará más cómoda, homogénea y agradable para sumar kilómetros día tras día.
Se pueden comprar en la WEB DE BROOKS
