qué es, y cómo prevenir la periostitis tibial

Vamos a desgranar el concepto. Periostitis significa inflamación (-itis) del periostio. Y el periostio es la membrana que envuelve (peri-) el hueso (-ostio).

Esta membrana contiene muchas terminaciones nerviosas encargadas de informar sobre el dolor, por esto la hace altamente sensible. Al correr estamos reclutando musculatura que inserta sobre esta membrana que la está traccionando e irritando en casos de sobrecarga.

¿Cómo sospechamos de una periostitis?

La periostitis aparece en el borde interno de la tibia en actividades de impacto, por este motivo es altamente frecuente en los corredores. El dolor empieza en la parte más baja e interna de la tibia y puede extenderse, en estados más graves, subiendo a lo largo de la zona media de la tibia. Es un dolor continuo muy localizado que se agudiza en cada impacto.

En fases más iniciales el dolor es algo incómodo al empezar a correr, pero puede ser relativamente llevadero cuando se ha calentado. El enfriarse volverá a ser doloroso. En fases más avanzadas nos va a dificultar, y mucho, correr e incluso va a doler al caminar o en reposo.

Hay que tener muchísimo cuidado con la periostitis tibial, su progresión puede acabar en una fractura por estrés.

Debemos diferenciar una periostitis de una sobrecarga del tibial posterior que se localiza en la misma zona, o quizás, estén apareciendo ambas. Habitualmente la sobrecarga del tibial posterior empieza a la zona media de la tibia y no hay tanto dolor en el hueso. También podemos confundirnos con una tendinitis del tibial posterior que es el tendón que rodea por detrás el tobillo. Muchos pacientes también la confunden con una sobrecarga del tibial anterior, éste músculo está en la zona delantera de la espinilla, por delante de la tibia, no por detrás.

¿Por qué aparece?

Hay distintos factores que predisponen a la aparición de la periostitis que, en definitiva, es una lesión por sobrecarga:

– Una mala biomecánica en la pisada. Los pies más planos o un exceso de pronación.

– Un incremento de quilómetros demasiado rápido en la progresión de la programación de los entrenamientos. Provocará que nuestra musculatura no esté adaptada a tanto impacto.

– Estar corriendo demasiados quilómetros y en ritmos demasiado altos. Nuestra musculatura estará fatigada y sobrecargada.

– Un mal calzado. Llevar un calzado demasiado duro, con poca amortiguación o poco drop, puede desembocar a este tipo de lesión. ¡Atención con las zapatillas muy deformadas y desgastadas por el tiempo y la suma de entrenamientos!

– Entrenar en exceso sobre superficies duras, cómo puede ser el asfalto o incluso el tartán.

¡Cuidado con demasiadas series con clavos o voladoras en tartán, son la fórmula perfecta: zapatilla sin apenas amortiguación ni drop + terreno duro + intensidad de entrenamiento!

qué es, y cómo prevenir la periostitis tibial
Hay que vigilar el exceso de entrenos en superficies duras, como el tartán.
Hay que vigilar el exceso de entrenos en superficies duras, como el tartán

Prevención y tratamiento

Incrementar el volumen de quilómetros e intensidades paulatinamente va a ser una de las principales claves, busca un entrenador que te programe tus entrenamientos, que respete los descansos con actividades suaves o incluso aplicar entrenamientos cruzados (otras actividades sin impacto).

Revisa tu biomecánica, busca tu mejor calzado y si fuese necesario y caes en lesiones recurrentes hazte unas plantillas para correr.

Busca superficies variadas para correr, evita todos los entrenamientos en asfalto y busca algún parque o algún camino con tierra o hierba natural o artificial.

Trabaja bien tu musculatura, haz ejercicios de propiocepción, ejercicios de los músculos del pie. Los estiramientos en todos los músculos de la pierna y la pantorrilla también nos ayudarán.

Los calcetines compresivos, pueden ayudar a recoger la musculatura y evitar un exceso de vibración mecánica sobre la tibia. Busca una talla que te sujete bien los gemelos pero que no los compriman demasiado.

Acude al fisio a descargar tu musculatura con cierta regularidad.

Si a pesar de controlar todos los factores que pueden llevar a la sobrecarga aparece la periostitis, habrá que tratar y modificar ciertos hábitos del entrenamiento.
Acudir al fisio para descargar la musculatura afectada va a ser muy importante. Los estiramientos también formaran parte del tratamiento, así cómo, la aplicación de terapia antiinflamatoria como el hielo, que va a ser nuestro principal aliado, pero también la radiofrecuencia tipo INDIBA nos favorecerá la recuperación.

Disminuye considerablemente los quilómetros y la intensidad de los entrenamientos. Busca una superficie blanda para correr y si el dolor es insoportable habrá que buscar temporalmente actividades sin impacto: elíptica, bici, natación, gimnasio, etc.

Oriol Vilaplana. Fisioterapeuta col. 6253

Clínica de fisioterapia Miostaf

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