El maratón se popularizó en la actualidad debido a un evento muy particular que tuvo lugar en 1972 Munich.
El secuestro y asesinato de 11 deportistas y entrenadores israelíes por el grupo terrorista palestino «Septiembre Negro» empañó los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. A pesar de la tragedia, los dirigentes del Comité Olímpico Internacional decidieron que el espectáculo debía continuar.
Cuatro días después de la masacre, se llevó a cabo el maratón masculino en el que los favoritos eran Ron Hill, Mamo Wolde, Karen Lismont y Derek Clayton. Sin embargo, Frank Shorter, quien no estaba entre los favoritos, ganó la carrera, siendo su primera victoria en un maratón después de haber participado en cinco antes sin éxito.
Por primera vez desde que lo hiciera John Hayes en Londrés´1908, un norteamericano ganaba el maratón olímpico. Aquel éxito multiplicó su fama internacional y le convirtió en todo un ídolo en su país.
Alto, desgarbado, con su peculiar bigote y una estética hippy en sus años de juventud, lo que caracterizaba a Shorter, por encima de todo, era un amor exacerbado por al atletismo.
Además, su carismática figura y sus éxitos contribuyeron en gran medida a la difusión y generalización del gusto por correr entre la gente.
¿Y tu cuando te enamoraste de la distancia?