
El verano es una época en la que muchos corredores bajan el ritmo de entrenamiento. El calor, las vacaciones o los cambios de rutina suelen provocar que la forma física se resienta. Sin embargo, septiembre y octubre llegan cargados de carreras populares. Afrontarlas con éxito requiere algo más que ponerse las zapatillas el mismo día de la prueba. tener claro cómo afrontar una carrera de 10K después del verano y prepararla de manera adecuada es la mejor garantía para disfrutar de la experiencia.
Si has reducido tu carga de kilómetros durante los meses de calor, lo más importante es retomar los entrenamientos de forma progresiva. No intentes recuperar todo el tiempo perdido en una sola semana. Incrementa la distancia y la intensidad poco a poco, alternando rodajes suaves con sesiones más exigentes, como series cortas o fartlek. Así permitirás que el cuerpo se readapte sin sobrecargas ni lesiones.
Que la fuerza te acompañe
Junto con el trabajo aeróbico, es fundamental recuperar la fuerza y la técnica de carrera. Dedicar un par de días a la semana a ejercicios básicos como sentadillas, zancadas, planchas o saltos te ayudará a ganar potencia y prevenir molestias. Incluir ejercicios de técnica como skipping, talones al glúteo o desplazamientos laterales mejorará tu eficiencia y reducirá el riesgo de problemas musculares.
La hidratación también es un aspecto clave. A comienzos del otoño, las temperaturas pueden seguir siendo elevadas, por lo que conviene asegurarse de beber suficiente agua o bebidas isotónicas en los días previos y en las horas anteriores a la carrera. Una correcta hidratación influye directamente en tu rendimiento y en tu capacidad de recuperación.
La alimentación merece la misma atención. Evita comidas pesadas o con exceso de grasa el día previo y apuesta por alimentos ricos en hidratos de carbono como arroz, pasta o pan integral. El día de la carrera, desayuna con suficiente antelación, entre dos y tres horas antes de la salida, y opta por alimentos que ya hayas probado en tus entrenamientos para evitar molestias digestivas.
Sé razonable con al estrategia de carrera
Otro aspecto decisivo es definir una estrategia de ritmo. Después de un verano de menor actividad, es fácil dejarse llevar por la emoción y salir demasiado rápido. Fija un ritmo objetivo acorde a tu estado de forma actual y respétalo, especialmente durante la primera mitad del recorrido. Guarda energías para los últimos kilómetros, donde podrás apretar y terminar con buenas sensaciones.
En la semana previa, el descanso es tan importante como el propio entrenamiento. Dormir entre siete y ocho horas cada noche y reducir la carga de kilómetros en los últimos días te permitirá llegar fresco a la salida.
Que sirva como punto de partida
Más allá de los aspectos físicos, un 10K después del verano es también una oportunidad para reconectar con la comunidad runner, retomar hábitos saludables y marcar nuevos objetivos para la temporada. Afronta la carrera con una mentalidad positiva, disfruta del ambiente y celebra el simple hecho de volver a correr con ganas.
Acabar bien la carrera no solo te permitirá cruzar la meta con una sonrisa, sino también empezar el otoño con la motivación renovada. En CorriendoVoy te animamos a dar el paso, inscribirte a una carrera y a vivir tu 10K como el inicio de una nueva etapa en tu temporada de running.