Son los días de la ilusión. Igual que los previos a la llegada de los Reyes Magos. Porque, como en la mágica mañana del 6 de enero, este viernes 29 de marzo podemos despertarnos con el regalo más deseado por los corredores: correr la Maratón de Nueva York. Y es que el jueves se realiza el sorteo Maratón Nueva York para poder correr. Se trata de toda una lotería (y más abajo explicaré por qué) para quienes sueñan con estar en la línea de salida de la carrera más famosa del mundo. Y digo bien: una lotería. Que te toque es casi tan difícil como que tu número salga premiado con el Gordo de Navidad.
Soy Rafa Vega, finisher 12 años seguidos de la Maratón de Nueva York. Y los editores de Corriendo Voy me han hecho este huequecito para contarte cada mes lo más destacado de la mejor carrera del mundo. Si no puedes esperar tanto tiempo, también puedes suscribirte a mi newsletter semanal o ver información actualizada en mi web.
100.000 solicitudes para la vía más económica de conseguir el dorsal
Cada año se reciben más de 100.000 solicitudes para conseguir lo que se conoce como el “dorsal no garantizado”. Es la vía más barata (porque después puedes buscar el vuelo y el alojamiento por tu cuenta) para una inscripción a la Maratón de Nueva York. Teniendo en cuenta que hay apenas 15.000 dorsales reservados para este cupo (de los más de 55.000 corredores que se ponen en la línea de salida de Staten Island), apenas el 14% de los solicitantes lo consiguen. Por eso, a este sorteo se le conoce como la “lottery” (la lotería). Las papeletas para participar en esta particular rifa se repartieron durante cuatro semanas, entre el 28 de febrero y el 21 de marzo. Fue el plazo que dio el NYRR (New York Road Runners, los organizadores de la prueba) para que los aspirantes a un dorsal se inscribieran en el sorteo.
Sorteo Maratón Nueva York
Acabado el plazo el pasado jueves, ahora toca rezar, poner velas a todos los santos e implorar a los dioses del olimpo para que la suerte nos sonría. Ese sorteo tiene, también, un proceso muy peculiar. Porque no se hace de una vez, sino que son tres sorteos en uno, dividiendo a los aspirantes en tres bombos (como en la Champions):
- Neoyorquinos: los residentes en la ciudad y en un radio de unos 100 kilómetros.
- Estadounidenses: los residentes americanos que viven fuera del área metropolitana de Nueva York, incluido Puerto Rico y otros territorios estadounidenses.
- Internacionales: los no residentes estadounidenses.
La razón de esta forma de reparto de dorsales es para evitar que todos los años corra la misma gente. Además, permite que corredores de fuera de Nueva York tengan las mismas posibilidades de participar que los propios neoyorquinos. De hecho, se elige un 15% de los solicitantes neoyorquinos, un 15% estadounidenses y otro 15% internacionales. Como vemos, la procedencia geográfica del solicitante afecta a sus posibilidades de ser elegido.
De manera que, si te inscribiste al sorteo de dorsales, crucemos los dedos y esperemos a que los Reyes Magos vengan cargados con el dorsal. De ser así, el viernes por la mañana recibirás un mensaje en tu correo electrónico y tendrás un cargo en tu tarjeta de 315$ (el importe del dorsal). Eso significará que nos veremos el 3 de noviembre en la mítica salida del Puente Verrazano.
