Aunque los días empiezan a alargar y empezamos a tener más luz, entrenar por la tarde prácticamente es correr por de noche. Esto puede ser muy agradable, pero es necesario tomar ciertas precauciones y adoptar buenos hábitos.
Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a entrenar de manera efectiva y segura de noche o con poca luz.
Asegúrate de tener el equipo adecuado
Correr por la noche requiere un poco más de equipo que cuando haces tus esfuerzos durante el día. Además de la ropa deportiva habitual, hay algunas cosas que no debes olvidar. En primer lugar, recuerda que es oscuro por la noche. Esto significa que sin una preparación adecuada no podrás ver dónde pones los pies y estarás a merced de charcos y raíces de árboles en tu camino. Más seriamente, los coches y las bicicletas podrían no verte. Esto implica que hay riesgo de accidentes. Para evitar todas estas cosas, una buena linterna frontal y tiras reflectantes, como mínimo, en tu ropa deberían permitirte ver y ser visto.
No olvides llevar un GPS contigo, ya que el riesgo de perderse es considerablemente mayor por la noche.
Buenos hábitos y prácticas para adoptar
El primer buen hábito que debes adoptar se refiere a tu seguridad para correr de noche. Si no estás corriendo en grupo, especialmente durante tus sesiones de entrenamiento, es importante decirle a alguien cuándo y dónde vas. Además, pensando en la seguridad, evita correr a lo largo de carreteras transitadas y prioriza correr en parques cortados al tráfico.
Otra opción, para mayor seguridad, es la de compartir tu ubicación en tiempo real a tu pareja o una persona de confianza.
Si acostumbras tu cuerpo a correr por la noche durante unas semanas, tu cuerpo entenderá el mensaje y estarás igualmente bien preparado tanto de noche como de día.
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